Oye, ¿a ti la vida también te lleva por caminos enrevesados y estás un poco hasta las narices?

Dime que no estoy sola en esto.

Podría empezar con el típico ¡Hola! Soy Ro, copywriter, traductora y locutora trilingüe en español, gallego e inglés.

Podría.

Si quisiera aburrirte y que dejases de leer.

Así que mejor te cuento que de pequeña quería ser vendedora de helados.
Pero la vida tenía otros planes para mí.

La vida

La mía siempre ha sido experta en meterme por caminos un poco tortuosos. 

¿Ro es una niña supertímida? Pues nada, a estudiar un año en EE. UU., a ver si se le pasa la tontería. ¿Suda cada vez que tiene que hacer una presentación oral de cualquier chorrada? Seguro que un trabajo dando charlas de ventas en salas llenas de gente es justo lo que necesita. ¡Ah! Y que represente a la empresa en ferias internacionales. Total, ya que estamos.

Ya te vale, vida, tía… te pasas.
¿La tuya también es así de sinvergüenza?

No contenta con eso, me hace dar clases de inglés a niños y adolescentes, y hasta cruzar el charco para enseñarle español a los universitarios del College of the Holy Cross en Massachusetts.

Y, por si fuera poco, me cuela en la mochila unas piedras muy pesadas que tras muchos años cargando descubro que se llaman TCA (lo que viene siendo un Trastorno de la Conducta Alimentaria, vaya). Yo, que solo quería ser la persona más sana del mundo mundial.

Ro era feliz leyendo libritos en la soledad de su habitación, pero la vida, dale que te pego, con que saliera y gestionara eventos para crear espacios de conexión entre personas.

Mira si insistía, la muy pesada, que acabó haciéndome locutora, traductora, asesora educativa, gestora de redes sociales… Todo esto, en cinco años, nada más y nada menos que en ¡Australia!

¡A mí! Que tengo tatuado “morriña” en el pie derecho.

Aunque bueno, en el brazo izquierdo tengo las pisaditas de un canguro.

A ver cómo te lo explico… Que “oxímoron” sea mi palabra favorita desde siempre, no es casualidad.

¿La conoces? Búscala. Es preciosa.

La palabra

Supongo que lo curioso de todo esto es que, cuanto más me obliga a andar esta mujer que parece que me tiene manía… menos me canso.
Más disfruto del paisaje.

En su defensa, diré que jamás me ha enviado sola en estas expediciones:
en mi mochila siempre hay algo que jamás falta (además del pasaporte, claro): las palabras.

Que parece una tontería, ya lo sé. Que es algo que todos conocemos y usamos, no es tan excepcional, Ro.
Pero es que no. Ya te digo yo que no es lo mismo.

Yo tengo un vínculo especial.

¿Cómo iba yo, si no, a…

  • sumergirme en un nuevo idioma sin hacerme su best friend?
  • lidiar con la soledad de empezar de cero tantas veces, sin escribir para entender lo que sentía?
  • trabajar en entornos y culturas tan distintos sin aprender a comunicarme con eficacia?
  • enseñar a personas con edades y vivencias tan dispares, sin jugar con las palabras hasta lograr que me entendieran?

Pues eso. Lo que yo te diga: la palabra, mi fiel compañera de aventuras durante todo el camino.

El camino

Mi vida ha sido un camino lleno de cambios, búsquedas y contradicciones. 

Pero siempre con un hilo común: la curiosidad. La necesidad de entender. De conectar.

Y la palabra es la única brújula que me mantiene cuerda en esta maravillosa locura.


Siempre ahí, la pobre, en cada paso en falso y en cada salto al vacío.


¡Si hasta en un retiro de silencio, donde estaba prohibido escribir, colé furtivamente mi diario! 

No sé cómo no se ha cansado ya de mí, la verdad. Tiene mérito.

Y yo… no tengo remedio.

Escribo desde que tengo memoria: cuentos, diarios, cartas, poesía, blogs, guiones, reseñas, ensayos… 

La app de notas del móvil, siempre llena de ideas sobre las que escribir.


Es mi forma más sencilla y auténtica de pisar el mundo con libertad.


Mi mano izquierda —porque soy zurda, como los canguros— en todos mis viajes, mis conexiones, mis aprendizajes.

Y eso es justo lo que hoy hago por otros. 

Por ti.

Acompaño a marcas y profesionales en ese camino de conexión con la palabra.

En esa búsqueda de voz propia.

Un camino que a veces es directo, y a veces se enreda. 

Para eso estoy yo aquí: para desenredarlo por ti. 

Para ser la brújula que te guía, la mano que te sostiene en cada salto, la que aligera tu mochila.

Como las palabras lo han hecho siempre conmigo.


Te escucho, te entiendo.

Y te doy voz.

Juntas creamos un mensaje que conecta y avanza contigo.


Escribo trazando el camino más auténtico y directo hacia tus clientes.

Por eso, trabajo con proyectos que también caminan, en caminos que yo ya he pisado: proyectos con propósito, profesionales del sector educativo, turístico, desarrollo personal o social que están en movimiento.


Marcas que quieren comunicar con coherencia lo que son.

Y caminar con paso firme hacia donde quieren llegar. 


Porque cuando un mensaje se comunica bien, camina solo.

Si quieres que tu mensaje camine solo, mientras tú caminas acompañado, escríbeme.